Siendo la velocidad de la luz el límite
previsible para la rapidez de cualquier nave, parece imposible la
realización de viajes a otros sistemas solares, puesto que el
tiempo de ida y vuelta sería excesivo.
Para consolarnos, la contracción
del tiempo a gran velocidad hace que sea teóricamente viable.
Esta escena simula el viaje de una nave futurista a una de las estrellas no
muy lejanas de nuestro Sol.